En el atardecer de la ignorancia

Categorías:

Pensabas que a ti esto nunca te iba suceder, imposible que te llegase algún día lo mismo. Pero ahora todo está ocurriendo rápido, sin darte tiempo a digerirlo.

El desgaste que pensabas lejano ha llegado. Y con él, los miedos a la enfermedad, la pérdida progresiva de datos mentales, inseguridades, torpezas, vejez, el pánico, y la muerte.

Igual que le sucede a cualquier otro.

En algún momento de la vida, el paralelismo entre inteligencia e ignorancia había encontrado un filón en tu cerebro, este músculo pasó a ser el motor principal del pensamiento. Inducido por esta casi imperceptible asociación, tu mente se había asentado en el corazón de una estimación propia cada vez más obesa, y sosteniendo un interminable disgusto hacia todo lo molesto pero sin bases para sostenerlo. Y agarrado a ideales que aun pensando que tenias la razón ¿vas a poder mantener cuando envejezcas y mueras?

Ahora reconoces que los días llegan atropelladamente y desaparecen rápido, que el cuerpo no responde cómo lo hacía, de hecho nunca ha sido muy fiel a tus caprichos. Autogenerado en Homo-Sapiens caminas libre directo en dirección opuesta a las decisiones de tu mente, mientras acumula avisos internos de desgaste, de cercanas dolencias.

¿Dónde están todas las personas que has conocido durante estos años? ¿Y los amigos que llegaron y participaron en tu escenario? En parte han desaparecido del continuo. Y todo a velocidad de vértigo.

Qué es lo que dices que tienes controlado. Otras personas, más jóvenes, tiran ahora con más energía del mismo remolque al que te agarraste con fuerza y empujaste durante todo este tiempo. Te estas quedando apartado del paisaje que habías imaginado.

Cuánto tiempo te queda para reparar esta ignorancia, no mucho. Comienza por no involucrarte más en tu propia evolución degenerativa, reflexiona sobre lo que has practicado hasta ahora, y sobre la forma en que has interpretado la realidad, reconocerás que no ha dado el resultado esperado.

Busca un camino que se adentre en tu interior, ¡Medita! encontrarás en él una mente menos superficial, más sabia. Desde ese lugar comienza a construir otras bases con cimientos más exitosos, usa para ello paciencia, amor y compasión, curiosamente las mismas bases budistas que llevan a la paz interior. Reduce hasta eliminar el anterior pensamiento autodestructivo, percibirás cómo resultado que tu mente viaja más ligera.

Tal vez entonces llegues a tiempo de ser realmente feliz antes de que el planeta y todo lo demás se desintegre la última vez que cierres los ojos.
Piensa en todo esto ahora.

M.C.

(Entrada publicada por primera vez en junio de 2016 en el Blog «El antropoceno observado», antecesor de este)

(Imagen de portada: fotografía de un póster colgado en mi habitación)


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *